Inicio del MJVC

Las Jornadas de Vida Cristiana nacieron con los Hermanos Maristas en 1961, brotaron en el seno de la Escuela Cristiana deseosa de dar a sus alumnos una formación religiosa más completa. El Hermano Arturo Chávez de la Mora, creó junto con otras personas, para el Centro Universitario México (CUM) este instrumento. Consistía en que, alumnos del bachillerato que sabían cosas de Dios, vivieran una experiencia de Cristo, descubriendo mejor el sentido de la redención.
Fue así como, un grupo de maestros y personas inquietas por servir a la juventud, elaboraron una temática muy bien eslabonada que expuesta con ciertas técnicas, conducían de la mano al joven cristiano para que descubriera un nuevo sentido a su fe.

La JORNADA surge como una necesidad de promover entre los alumnos de los Colegios Maristas los siguientes aspectos:

Una mejor comprensión de la vida e ideal cristianos.

Llevar a la práctica los principios y valores cristianos en su vida diaria y,

Un deseo de ser semilla generadora de cambio en la sociedad en que se viven.

La primer Jornada se llevó a cabo del 13 al 16 de mayo de 1961 en Ajuchitlancito, Qro., misma que fue solo para varones. Aun se conservan los esquemas y desarrollo de las primeras charlas que originaron la estructura de las JORNADAS.
La jornada fue en mayo de 1961 por dos razones:

Para conmemorar a la Virgen de Fátima que era venerada en ese tiempo por los mensajes recibidos.

Y, debido a que el 15 de mayo también se conmemoraba al maestro como guía de jóvenes y se sentía la necesidad de que tuvieran su propio encuentro con ese Cristo vivo que hoy nosotros conocemos.

Se encontraba así el muchacho con un cristianismo emocionante, alegre, íntimo y liberador, que le ayudaba a descubrir en esos días el compromiso de todo cristiano en la Iglesia, en las cuatro etapas que se marcaban: Hombre, Cristiano, Santo y Apóstol.

Etapa de Difusión del Movimiento. Su dimensión Nacional
El éxito de las Jornadas fue tal, que pronto saltó los muros del CUM y muchas parroquias y preparatorias católicas empezaron a mandar a sus alumnos, y a pedir Jornadas. Empezaba el “Movimiento de Jornadas de Vida Cristiana”.
Esta etapa vivió el fenómeno de que muchos muchachos que participaban en la Jornada carecían de una suficiente instrucción religiosa, por lo tanto, el método se adaptó:

Se formó la Escuela de Auxiliares en la Arquidiócesis de México a nivel Diocesano.

Se nombró al Pbro. José Alfonso Candia como Director del Movimiento en la Arquidiócesis de México por el pastor, el Excmo. Dr. Don Miguel Darío Miranda, quien desde un principio bendijo este trabajo.

Muchos sacerdotes, tanto religiosos como diocesanos, colaboraron con el Pbro. José Alfonso Candia para enriquecer al Movimiento.

Con el tiempo el Movimiento pasó a los diferentes Estados de la República Mexicana, con una presencia paulatina en las diferentes diócesis. El MJVC en su proceso de crecimiento vivió aciertos y errores.

Así mismo, el MJVC en tan solo dos años, extendió su servicio evangelizador al extranjero.

Esta etapa se vive antes, en y después del Concilio Vaticano II. El MJVC se deja penetrar por el momento que vive su Iglesia, y lucha por ser fiel a los caminos pastorales abiertos por el mismo Concilio.

El Movimiento ofreció oportunidades al joven para lograr descubrimientos muy importantes para su vida.